Unos días antes de la excursión, Úrsula nos explicó algunas cosas sobre los camellos de la granja.
Nada más llegar, nuestro monitor, Pablo, nos pintó un número en la cara para no despistarnos de nuestro grupo.
Los camellos nos estaban esperando muy tranquilitos.
Nos fuimos subiendo en el orden que nos indicaron para compensar el peso
Algunos al principio estaban un poco preocupados, pero al final fue muy divertido.
Para otros, sin embargo, fue un momento super emocionante.
¡Allá vamos!
A la vuelta le dimos el pan que habían llevado los niños y niñas. Al principio con un poco de miedo, al final con total confianza.
Nos lavamos las manos antes de comer
¡A desayunar! que hay que coger fuerzas para los juegos.
Primero cepillamos a los camellos. Estaban tan suaves que daban ganas de acostarse encima de ellos.
Intentamos que comieran un poco de paja, pero parece que les gusta más el pan.
A continuación les dimos tomates, ¡cómo acercaban la cabeza cuando veian los tomates!
Podéis ver que los niños y niñas se acercaban sin ningún miedo. Los camellos son muy dóciles.
El juego del camión.
Tenemos que buscar en la paja dibujos de cosas para clasificarlos en lo que pueden o no comer los camellos.
Hacemos recuento.
Nos limpiamos con la sopladora. Por poco salimos volando. Ja ja ja.
Nos ponemos cómodos para ver una peli sobre los camellos.
Por último, la búsqueda del tesoro siguiendo pistas.
¡Encontramos el tesoro!
Compartimos el tesoro con los camellos
y nos despedimos de ellos.
Lo hemos pasado fenomenal.
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