Aunque el otoño parece que se resiste a entrar, el otro día recogí unas cuantas hojas secas y las llevé a clase para que los niños y niñas jugaran con ellas.
Primero las observamos para ver la forma, el color y el tamaño.
Más tarde cogimos una cada uno y buscamos los compañeros que tenían una hoja igual.
Vimos que de algunas había muchas, de otras había pocas.
Después llegó el momento divertido.
Lo que todos estaban deseando hacer desde que las saqué.
¡¡¡LLuvia de hojas!!!
A continuación hicimos un tren para ir pisando las hojas mientras cantábamos las canciones del otoño que hemos aprendido.
La clase estaba muy sucia y llena de trocitos de hojas secas, así que hicimos dos equipos para ver quién recogía más hojas.
Todos estaban muy implicados cogiendo hasta los trocitos más pequeños.
Al final, como no podía ser de otra manera, hubo un ...¡¡EMPATE!!
Pero como, a pesar de todo, seguía habiendo trocitos por el suelo, nos fuimos turnando para barrer con la escoba y el recogedor de la cocinita.
Todos estaban impacientes por barrer. Y la clase quedó muy limpia.
GENIAL CHICOS Y CHICAS
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